- Área: 260 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Tamara Uribe
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Proveedores: Interceramic, Millet, Magg, Mosaicos Tranqui
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Una sencilla volumétrica de concreto situada en una apartada y tranquila playa de la costa yucateca. Esta casa, situada en una zona de baja densidad esta sembrada junto a otras edificaciones y dentro de un área de duna predominante en las playas turquesas la costa poniente del puerto de Chuburná México, como una gran caja de concreto pulido que gracias a su volumen frio, sobrio y con una presencia tectónica muy fuerte permite convertirse en un referente arquitectónico en el perfil de la costa.
Gracias a la luminosidad que desprenden sus ventanales permite que la luz penetre en la casa de una manera sutil y controlada lo que permite que las áreas en la planta baja tengan un ambiente único e inviten al descanso, la lectura y la meditación. En la parte superior el ventanal que se hable en la zona de habitaciones se convierte en un instrumento de comunicación visual con el exterior para poder contemplar la inmensidad del mar.
El interior tiene una decoración bastante sencilla, el gusto por la artesanía yucateca , los colores y texturas y la propia arquitectura de la casa la hacen un espacio arquitectónico ideal para relajarse y desconectarse del mundo. Pensando que lo más importante es el espacio y la luz, hemos apostado por colores gris neutro del concreto pulido, tanto en pisos como en paredes y el color blanco a manera de pantalla de luz en los plafones de la casa. Esto hace un contraste muy integral con la madera que aparece por todos sitios, en detalles, muebles y puertas.
El estar, el comedor, la cocina y la terraza son un solo espacio que cuenta con una pequeña doble altura que integra espacialmente la planta baja como la planta alta y sirve de distribuidor espacial y de filtro para meter luz cenital de unas ranuras en el techo superior del atrio.
Al lado, y sin separación alguna, está la zona del comedor. Una zona que me ha parecido especialmente atractiva pese a su sencillez gracias a la cristalera que rodea el espacio y que permite ver la playa y el mar de fondo mientras estás comiendo.
Al frente, y sin separación alguna, está la piscina. Esta zona es el corazón publico de la casa especialmente atractiva porque se integra completamente a los espacios públicos del interior, su sencillez permite ver la playa y el mar de fondo mientras estás en la piscina, descansando o contemplando el paisaje exterior desde el comedor, puedes disfrutar también de esta transparencia desde que entras a la casa y nunca pierdes contacto directo con la playa.
La cocina, también integrada en ese espacio único de la planta baja sin divisiones, y en la que destaca la sencillez del espacio, una barra de concreto divide virtualmente el espacio con la sala comedor y la utilización de tapes de piso de pasta le dan un toque especial de diseño.
En la parte superior y al rededor de la doble altura se desarrolla un pasillo distribuidor donde conecta con un estudio que se convierte en alcoba con vista hacia el sur, y también la circulación genera un espacio de trabajo muy útil para los propietarios.
Las habitaciones siguen el mismo estilo decorativo, sencillo y natural que en el resto de la casa, con escasez de muebles, gran presencia de madera, grandes ventanales para meter el paisaje en el interior de la casa y permitirnos despertar con el mar como telón de fondo, y el baño nuevamente de manera sutil se integra dentro del mismo dormitorio.
Por último, su azotea habitable funciona como mirador en este fantástico lugar y como un detalle más de integración el terreno en la zona de playa se delimita con una albarrada muy típica de la zona rural del estado de Yucatán.